Y vamos a la situación de las empresas innovadoras, otras víctimas propiciatorias de esta política suicida. Después del hachazo brutal del 75% del presupuesto del CDTI (-83% en capítulo 8) y el cambio de las condiciones de acceso a los créditos colado en la Ley Presupuestaria 2012, la situación se hizo difícil de gestionar. Los presupuestos de 2013 fijaron el interés de los préstamos CDTI en el Euribor estableciendo además una limitación sobre el Sistema Europeo de Cuentas Nacionales que provocó interminables retrasos en la concesión de las ayudas.
[Pequeño extracto del Informe de 31 páginas que CCOO ha elaborado sobre la I+D+i en los PGE2015 y al que se puede acceder en formato PDF haciendo clic aquí]
Tras la sequía de 2012, en los PGE 2013 se devolvió el capítulo 8 de préstamos para empresas, pero se recortó una vez más el capítulo 7 de las subvenciones en 30 millones adicionales. Esta partida es clave porque permite financiar no solo los gastos de funcionamiento del Centro sino también hacer frente a los créditos fallidos por insolvencias de las empresas. La reducción presupuestaria en subvenciones también impone el endurecimiento de las condiciones de las ayudas del CDTI, reduciendo o eliminando el tramo no reembolsable asociado a las mismas.
Tras la sequía de 2012, en los PGE 2013 se devolvió el capítulo 8 de préstamos para empresas, pero se recortó una vez más el capítulo 7 de las subvenciones en 30 millones adicionales. Esta partida es clave porque permite financiar no solo los gastos de funcionamiento del Centro sino también hacer frente a los créditos fallidos por insolvencias de las empresas. La reducción presupuestaria en subvenciones también impone el endurecimiento de las condiciones de las ayudas del CDTI, reduciendo o eliminando el tramo no reembolsable asociado a las mismas.
Los PGE 2015 casi repiten los de 2014 y 2013, con el único aumento de 64 M€ en aportaciones patrimoniales (capítulo 8) para el programa INVIERTE. La Aportación Patrimonial al CDTI para diferentes actuaciones, 600 M€, se dedican 400 M€ a proyectos I+D+i, 100,09 millones menos que en 2014; el programa INVIERTE y los fondos de capital riesgo se llevan 100 millones, con un aumento neto de 64 millones, y el Plan de Medidas para el Crecimiento, de nueva dotación en 2015, recibe 100 M€.
No hay cambios de calado a pesar de los múltiples fallos detectados en el sistema. La crisis del sector productivo, el cambio en las condiciones de las ayudas y la reducción drástica de las subvenciones, con las cuales se contrata a centros públicos y universidades, suponen un freno al sistema y una descapitalización del ya reducido tejido innovador.
Sin crédito privado y sin subvenciones públicas creíbles, es difícil sino imposible innovar en este país. Una realidad que confirma anualmente el INE, que certifica la mortalidad creciente de estas empresas, y del índice de innovación europeo, que documenta la marcha atrás del sistema innovador español.
El problema fundamental con el que se encuentra es la debilidad del tejido empresarial, y las dificultades para que absorba las ayudas planteadas.