Por razones electorales dicen que el presupuesto de todos los ministerios vuelven a crecer, pero al analizarlo detenidamente observamos que continuará siendo regresivo y antisocial. Regresivo, porque se bajan los impuestos de capital a las grandes sociedades y las multinacionales. Antisocial porque aunque el gasto aumente, las rentas de trabajo continúan siendo las que más deben soportar las cargas impositivas, mientras que las de capital siguen disminuyendo; y porque las pérdidas de años anteriores son tan cuantiosas que mientras no se recuperen los presupuestos seguirán siendo discriminatorios para la mayoría de la población.
Recordemos que los recortes en los ministerios sociales desde 2008 han sido: Sanidad retrocedió un 12’9%, Educación un 22’5%, Cultura un 38’6%, Fomento del Trabajo un 38’2% y las inversiones en infraestructuras un 58’2% y la investigación (I+D) civil un 26’2%.
Pero la comparación más vergonzosa es, sin duda, la evolución del presupuesto dedicado a Ciencia e Investigación en relación al gasto Militar. Porque continúan siendo una enorme estafa a la opinión pública pues se vuelven a falsear las cuentas, presentado un gasto militar muy por debajo del real.
Así, mientras se anuncia que el presupuesto del Ministerio de Defensa aumentará un 3’5%, en realidad éste crecerá el próximo año no menos de un 30%, pues se amaga el gasto de las partidas en inversiones en compra de armas y el de las intervenciones militares en el exterior. Algo que ya ha venido ocurriendo en los últimos cuatro años: En 2012, a Defensa se inyectaron 2.762 M€; en 2013, 1.952 M€, en 2014, 1.860 M€; y este año ya se llevan incorporados hasta junio 1.506 M€ y que a buen seguro aumentarán antes de finalizar el año. Unos incrementos en el presupuesto de Defensa que varían entre 37% y un 28% según los años, con lo cual el engaño es bien patente.
El grueso de esos incrementos es para la adquisición de los Programas Especiales de Armamentos (PEAs), diecinueve grandes programas con un valor de alrededor de 35.000 M€, gran parte de los cuales (30.000 M€) se adeudan a las industrias militares españolas que los están fabricando, y que cada año se presupuestan con 6,8 M€ (así se consignan para 2016), cuándo los compromisos de pago requieren 1.000 M€. Entonces se recurre a la artimaña de aprobar un crédito extraordinario a mediados de año para hacer frente a esos pagos.
Después están las operaciones militares en el exterior. Aquí ocurre algo similar, se presupuestan 14,3 M€, y luego se gastan alrededor de 800 M€ anuales. "Misiones de paz” que en muchas ocasiones no tienen cobertura de la ONU y no están justificadas pero que obedecen a los intereses de política exterior del Gobierno para jugar un papel de en la escena internacional al lado de las grandes potencias aliadas muy por encima de nuestras posibilidades.
Por si fuera poco, esos denominados PEAs se propone incrementarlos con cuatro grandes programas: los nuevos blindados 8×8, una fragata F-110, 4 drones (UAV) Reaper que podrán ir equipados con misiles, y tres aviones de abastecimiento. Programas que el próximo 2016 ya contemplan consignación presupuestaria, unos a través de ayudas en I+D desde el Ministerio de Industria -otro engaño para no incrementar el presupuesto de Defensa- y los drones a través de Defensa. Cuatro programas que ascenderán en su conjunto a la colosal cifra de 10.000 M€ en los próximos diez años que vendrán a sumarse a los 30.000 que adeuda Defensa y que incrementarán la inasumible deuda pública del Estado.
¡Vergonzoso!