Es cierto que el gasto real se incrementa en un 6,5%, con 146,9 millones de euros (M€) añadidos. Sin embargo, si se tiene en cuenta el crédito adicional de 104 M€ inyectado al sistema en julio de 2013 para evitar el colapso del CSIC y permitir la convocatoria del Plan Estatal, y el resto del rescate posterior al CSIC (70 M€ que se hicieron efectivos en octubre), en realidad estamos peor que en 2013. Menos dinero, reducción masiva de las plantillas de jóvenes investigadores y técnicos que desaparecen del sistema al término de sus contratos, laboratorios desiertos, tasas de reposición del 10% que ni siquiera se cumplen, convocatorias aplazadas cuando no anuladas, universidades y organismos públicos de investigación (OPI) en estado de hibernación, el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) congelado; una nueva confirmación del peso nulo de las políticas de I+D+i en la estrategia del Gobierno.
A pesar de los discursos que proclaman la voluntad de cambiar el modelo productivo español para construir una sociedad basada en la innovación y el conocimiento, asistimos impotentes a esta demolición en toda regla del sistema de I+D. Se confirma que la I+D+i no forma parte de la estrategia para salir de la crisis sino que es una política procíclica, que crece sólo en ciclos expansivos, en contra de las tendencias de los países desarrollados, que fortalecen dichas políticas en tiempos de crisis como herramientas para superarlas.
En este contexto, la firma del Acuerdo Parlamentario por la Investigación el Desarrollo y la Innovación, impulsado por CCOO dentro del Colectivo Carta por la Ciencia, firmado el 19 de diciembre por todos los partidos políticos excepto el PP, que recoge una serie de puntos mínimos en defensa de la investigación y el sistema científico español debe ser puesto en marcha inmediatamente a pesar de que el debate del Estado de la Nación haya vuelto a demostrar la nula capacidad del Gobierno para escuchar las legítimas demandas de los ciudadanos.
Pero aunque el Ejecutivo siga sordo, desde CCOO seguiremos "batallando donde sea necesario, en el Parlamento con enmiendas e iniciativas, en los juzgados defendiendo los derechos de todo el personal de investigación, en los centros de trabajo y en la calle, para evitar la asfixia definitiva del Sistema Español de Ciencia y Tecnología, de sus instituciones y de sus trabajadores". Porque defendiendo la ciencia en España se defiende su capacidad para actuar como motor de cambio de un modelo de desarrollo que se base en el conocimiento y en la innovación, en el empleo estable, digno, decente que haga posible una sociedad de iguales.
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