En palabras de la ONU, la ciencia y la igualdad de género son vitales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). No obstante, la brecha de género en los sectores de ciencia sigue siendo un ejemplo del trabajo que aún falta por hacer en el ámbito educativo.
Ya apreciamos una diferencia en cuanto a las preferencias de las jóvenes para cursar estudios de secundaria en la modalidad de ciencias, con un 47% de mujeres frente al 53% de hombres[1]. Si a esta cuestión le sumamos las cifras de Formación Profesional, los datos son alarmantes. Por poner algunos ejemplos, en Fabricación y mecánica solo están matriculadas un 2% de chicas, lo mismo que en automoción, mientras que en informática y comunicación suben hasta un 17,7%[2].
Estos datos nos dan una muestra de la inclinación de las chicas hacia casi todas las opciones menos ciencias y tecnología, situación que se repite en el caso de estudios universitarios, siendo el porcentaje menor de estudiantes mujeres en Ingeniería y Arquitectura. En los grados superiores, tampoco se puede decir que mejore la situación, por poner un solo ejemplo el porcentaje de mujeres que cursa estudios en imagen personal es de 94,1%.
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En función de estos datos la situación de las mujeres investigadoras viene siendo lamentable. Según el informe, si bien es cierto que el índice del techo de cristal, que mide la proporción de mujeres investigadoras respecto a las que tienen la categoría de profesorado, desciende su valor un 1,37% en 2018 (por debajo de la media europea), el dato es totalmente insuficiente. En cuanto aterrizamos en áreas específicas como Ciencia y Tecnología de materiales, el índice se reduce a un 1%.
En cuanto a los resultados de los datos por áreas de investigación, el porcentaje de mujeres es bastante más bajo que el de hombres, siendo muy llamativo en Ciencias y tecnologías físicas.
La situación laboral de las mujeres en la industria española, al igual que en el del conjunto de los sectores socioeconómicos, es de clara desventaja en ocupación, actividad, temporalidad, segregación ocupacional o brecha salarial, como ya apuntamos en el Proyecto Orienta de CCOO.
Como se apunta en dicho estudio, la mayoría de los y las jóvenes, ejercen aquellas profesiones en las que vayan a tener más oportunidades y menores dificultades en el acceso, mantenimiento y promoción. Por lo que todas aquellas materias que se entienden masculinizadas, se descartan por las jóvenes que siguen manteniendo una idea de acercarse al presunto “rol” social que le es asignado.
Está en nuestra mano cambiar esto. Conocemos mujeres científicas de relevancia, matemáticas, físicas, médicas, investigadoras, pero pasan silenciadas en casi todos los ámbitos, sobre todo en los contenidos curriculares de las diferentes materias en el sistema educativo.
Llevamos ya 13 años de la Ley de Igualdad y aún no se han implementado todas las medidas aprobadas, en los medios de comunicación, empresas, administraciones públicas y, sobre todo, en el ámbito laboral para revertir esta situación.
Si bien se ha aprobado el Real Decreto-ley 6/2019, de 1 de marzo, de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación, aún tampoco está totalmente implementado.
Las mujeres siguen soportando mayor desempleo, mayor temporalidad y parcialidad. Existen trabajadoras que aun trabajando son pobres.
Si hablamos de la situación de los planes de igualdad en el ámbito de la enseñanza, aunque ya hemos podido ir negociando algunos, en la mayoría de las empresas no se lo toman con rigor. De la misma forma, las administraciones públicas no han cumplido la Ley, siendo escasas las que disponen de un plan de igualdad acorde a un diagnóstico serio y riguroso, con medidas reales y de impacto para las mujeres, negociado y cordado con la parte social, y con un seguimiento y evaluación requeridos. Todo ello sin considerar las licencias por nacimiento que en muchas ocasiones suponen más dificultades para la promoción, la adquisición de sexenios o las licencias por cuidado a personas, sostenidas por las mujeres y que no están contempladas en ningún sitio.
Aún queda mucho por hacer y aquí seguimos luchando para avanzar en el terreno de la igualdad, para que esto no sea solo una declaración de intenciones, sino que se convierta en una realidad.
Para ello CCOO propone:
- Incorporación de la historia de las mujeres en todas las materias.
- Nombramiento de una persona en cada centro con asignación horaria y material para abordar la igualdad.
- Cumplimiento de la ley de igualdad en toda su extensión, puesta en marcha de los planes de igualdad con carácter urgente e inmediato para garantizar la igualdad de oportunidades en la empresa.
- Impulsar una oferta formativa específica para mujeres compuesta por especialidades formativas en las que sean minoritarias.
- Diseño de planes de formación acorde a las necesidades de incorporación de las chicas en aquellas profesiones masculinizadas y favorecer la inclusión de los chicos en materias feminizadas.
- Propuestas para erradicar la discriminación de las mujeres científicas que optan por la maternidad.
- Puesta en marcha de protocolos contra el acoso sexual y por razón de sexo.
- Cumplimento de la normativa vigente, desarrollo e implementación de las leyes en todos los ámbitos.
- Elaboración de los planes de estudio con perspectiva de género.
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