miércoles, 14 de septiembre de 2016

No hay brecha de género en la Ciencia según publica Arbor del CSIC (?)

Esa es la opinión de un artículo insertado en Arbor, publicación científica del CSIC,  que ha provocado la protesta de la mayoría de las investigadoras del organismo 

Según el artículo publicado en la revista Arbor, que los puestos más
relevantes del CSIC estén ocupados mayoritariamente por hombres
no refleja ningún tipo de discriminación  ni "brecha de género" 
Críticas que se han materializado en una petición para que el CSIC retire dicho artículo de forma  inmediata porque, entre otras razones, "es sorprendente e indignante que el número 778 de la revista Arbor, publicado en marzo-abril de 2016, y que lleva como título “¿Hay mujeres más allá del feminismo? De la lucha por la igualdad al transhumanismo/posthumanismo” se haya usado como plataforma para propagar ciertos idearios anti-feministas, homófobos y transfóbicos que nada tienen que ver con la calidad científica, la relevancia social y el rigor conceptual." 

La petición al CSIC para retirar el artículo se esta materializando a través de la plataforma change.org y se puede suscribir desde el siguiente enlace:
La gravedad del contenido, la forma de exponerlo y las expresiones utilizadas están provocando que los medios de comunicación se hagan eco del mismo y de las protestas. Especialmente porque contradice los datos sobre participación y promoción de las investigadoras y científicas del CSIC. Sobre todo cuando el último informe publicado antes del verano reflejaba un retroceso con respecto a años anteriores. [clic aquí para acceder a los informes de la Comisión Mujeres y Ciencia del CSIC] 



[clic en la imagen para ampliar]
Algunas de las reflexiones contenidas en la petición de firmas son especialmente relevantes, así como muchos de los comentarios que están dejando las científicas e investigadoras que lo firman:

"Hace tiempo que en ciencias sociales se parte de la base de que ni el lenguaje, ni por supuesto la investigación, son acciones neutras. En esta carta no tratamos de pedir una censura a personas de determinadas creencias o filiaciones políticas, ya que vivimos en un contexto en el que impera la libertad de expresión. Lo que defendemos es que no se permita la publicación de textos ofensivos que transmiten una ideología anti-feminista, homófoba y transfóbica empleando para ello un medio sostenido con fondos públicos para la divulgación y la transferencia de conocimiento científico. Por lo tanto pedimos la retirada del número monográfico de Arbor que nunca debería haber auspiciado una institución como el CSIC, ya que sus autoras disponen de otros medios y foros más adecuados para la publicación de este tipo de textos."

=> Actualización de la información: 26/09/2016:
Difusión en Twitter de la dimisión de Alfonso Carrascosa

[clic en la imagen para ampliar]

Las protestas ya han logrado un primer objetivo, que Alfonso Carrascosa, director de la Revista, haya  tenido que dimitir de la Comisión de Mujer y Ciencia del CSIC en la que estaba participando para bloquear las iniciativas de igualdad [clic aquí para leer la noticia de prensa sobre su dimisión ELDIARIO.ES] al mismo tiempo que los responsables del CSIC han tenido que desmarcarse públicamente de las afirmaciones vertidas en este artículo de Arbor.

Esperamos que, aunque el artículo no sea retirado, estas protestas sirvan también para dar un nuevo impulso a la igualdad de las investigadoras en el mundo de la Ciencia.

6 comentarios:

  1. ¡Qué vergüenza!, que se pretenda en pleno s. XXI y en una nación europea prohibir la circulación de ciertas ideas, o relegarlas a canales secundarios donde no molesten, y dejar el Estado y todo lo oficial en manos de una ideología única (la ideología de género, en este caso).

    Criticar y discutir ideas desde distintos enfoques está bien. Pedir dimisiones o solicitar la retirada de una publicación es propio de inquisidores al estilo más rancio. Se ve que las "cazas de brujas" todavía no se han acabado en nuestra cultura.

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  2. Estimado Martín, me has dejado sorprendido. ¿Cómo has podido escribir semejante barbaridad? Precisamente cuando te has desenvuelto en un entorno que conoce perfectamente cómo funcionan las revistas científicas de impacto.

    Sabes perfectamente que la revista donde se escribió ese artículo es una revista científica en la que es necesario someterse a una revisión previa para poder publicar, donde se analiza el contenido y a los/as autores/as. Sabes también, que es muy dificil publicar y que, incluso, cuando lo logras es muy normal que te hagan una o dos peticiones de cambios y correcciones antes de sacarlo.

    ¡Por favor, no estamos hablando de la revista del colegio ni de un diario de difusión general!

    Las peticiones de dimisión son porque el Director de la revista se ha saltado la norma de la seriedad científica y ha permitido la publicación de un artículo sin base y firmado por varias investigadoras que son brilantes en sus respectivos campos pero que no tienen nada, NADA, de investigación en políticas de género. ¡Vamos, como si tu intentarás publicar algo de historia guanche, más o menos! Sería el despiporre.

    Pues eso, es el despiporre. Sabes que en el mundo científico se admiten escuelas, lineas o sensibilidades de pensamiento. Pero se exige rigor y seriedad, datos fiables, suficientes y trabajo serio de años en un campo determinado.

    Lo malo es que algunos muy comprometidos ideologicamente con el pasado piensan que esto es su huerto particular y pueden hacer lo que les da la gana. Y resulta que hace tiempo que eso se acabó.

    Tu, por ejemplo, puedes escribir en este blog, en EL DÍA o lugares similares tu teoría de que las mujeres no están capacitadas para investigar. Pero como no tienes trabajos de investigación sobre ese campo me da que ninguna revista sería te admitirá una aportación sobre ese tema. Salvo ARBOR del CSIC, naturalmente, que la lleva un amigo tuyo.

    Martín, por favor, un poco más de seriedad que la isla es un pañuelo y aquí nos conocemos todos.

    Un saludo

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    1. Estimado Alberto,

      Creo que sé lo que es una ciencia (basada en argumentos/observaciones objetivas) y lo que es una ideología (basada en opiniones subjetivas), y no me cabe duda de que el feminismo o los estudios de género son una ideología en su mayor parte, del mismo modo que lo es el comunismo o el nacional-catolicismo, etc. Son opiniones acerca del mundo. Hay, sí, grupos que se autodenominan los "oficiales" en cuanto a querer establecer como verdad sus opiniones sobre ciertos asuntos opinables, pero eso no les da mayor autoridad. Por ejemplo, yo no he hecho estudios de teología, pero me siento perfectamente capacitado para dar argumentos en contra de la existencia de Dios desde perspectivas filosóficas o científicas más amplias. Quizá no pueda publicar en la revista del Vaticano, pero no tengo que pedir permiso a ninguna autoridad del clero para poder expresar mis opiniones bien meditadas. Del mismo modo, no es necesario entrar dentro de una mafia sectaria de feministas, de las muchas que pueblan nuestros departamentos universitarios (en la Universidad de La Laguna hay unos cuantos), y pasar por el aro del lavado de cerebro al que están sometiendo a sus discípulos, para poder opinar con seriedad sobre cómo son las cosas. Un pensador de mirada amplia puede y debe inmiscuirse en asuntos opinables (la historia de los guanches no es opinable, no vale como ejemplo), aportando puntos de vista diferentes a los "políticamente" correctos.

      Sobre cómo funcionan las revistas, de ciencias o de filosofía, tengo, sí, alguna experiencia. Cierto que hay mucho nepotismo y mucha arbitrariedad entre los editores a la hora de dejar pasar un artículo sin problemas o en echarlo para atrás por cuestiones de conflictos de interés.
      Si fuésemos a pedir dimisiones de editores y cerrar revistas cada vez que se publica un artículo que a alguien no le gusta o que hay sospecha de "amiguismo", la verdad es que pocas revistas se mantendrían en pie. Al año se publican miles de artículos-basura en revistas científicas prestigiosas de todo el mundo, y nadie pide dimisiones por eso. A lo sumo, será el propio autor el que retire su artículo o publique una retractación si se convence de algún error.

      No conozco al director de la revista "Arbor" del CSIC, ni sé cómo funciona su política de aceptación de artículos, pero al caso no importa. Lo normal cuando se edita un número especial monográfico en una revista es que el editor de ese número se haga responsable de las diferentes contribuciones, y es potestad del editor de la revista y/o editor del número especial el dar credibilidad a los árbitros o a los autores. La fecha de envío de los artículos no tiene por qué coincidir con la fecha en que el editor del número especial ha tenido los artículos en su mano, sino que refleja la fecha en que se envió el número colectivo completo a la revista.

      Lo dicho, molesta a algunos que se les rebatan sus verdades sagradas, sus dogmas, pero lo lícito y civilizado es criticar las ideas con las que no se está de acuerdo, y lo bárbaro es prohibir la expresión de ideas "diferentes". Ni siquiera en una revista del CSIC, pues el Estado no debe promover una ideología única. Luego dirán que los fundamentalistas musulmanes son unos bárbaros por escandalizarse con la publicación de unas viñetas de Mahoma... Pues si queremos ser mejores que ellos, no nos convirtamos en fundamentalistas de la ideología de género y dejemos hablar a quien no pertenece a las mafias oficiales sobre el asunto.

      Yo, si fuese el autor del artículo, o el editor de Arbor, hubiese contratado a un abogado para pedir indemnizaciones a CCOO por el mero intento de querer suprimir una publicación ya aceptada. Atenta contra la libertad de expresión.

      Saludos cordiales,
      Martín López Corredoira
      (Dr. en Filosofía, Dr. en Cc. Físicas, investigador titular del Instituto de Astrofísica de Canarias)

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    2. Buenos días Martín, observo que respondes planteando otra vez una discusión ideológica en la que no voy a entrar. Hace años que aprendí que no es posible realizar un debate serio sobre "creencias", sean religiosas, ideológicas o de futbol.

      Además, no se por qué, me da la impresión que utilizas esa argumentación para desviarnos del verdadero motivo que nos ha traído aquí a los dos: la petición de retirada de un supuesto artículo científico publicado en una revista científica indexada.

      Y eso, el verdadero debate, solo lo expones en la mitad de tu respuesta y de manera sorprendente. Digo sorprendente ya que no ves ningún problema porque, según tu, el "amiguismo" o los artículos-basura en las revistas científicas prestigiosas están a la orden del día. ¡Y lo dices tan pancho!

      ¡No! Lo siento pero no comparto ni tu afirmación ni tu actitud. No creo que sea habitual que las revistas científicas practiquen este tipo de fraudes. Así que tu argumentación me suena a una salida desesperada para intentar justificar lo injustificable: que una revista científica publique un artículo que no cumple los requisitos y parámetros que se exigen a TODO el mundo.

      Pero, además, me escandaliza que afirmes la existencia de semejante fraude en las publicaciones científicas aceptando su existencia con normalidad y recomendando no hacer nada ("Si fuésemos a pedir dimisiones de editores y cerrar revistas [...] pocas revistas se mantendrían en pie"). Y digo de ser así sería un fraude (que yo se que no existe, a pesar de tus afirmaciones) porque esos artículos no solo fundamentan resultados en sus respectivos campos, sino porque sus autores también utilizan esa publicación para mejorar su curriculum, obtener complementos de productividad por investigación y promocionarse profesionalmente.

      Llevo 8 años en la Comisión Delegada de Profesorado de la ULL, y en ese tiempo han sido centenares de plazas de PDI las que se han visto, ratificando o rechazando en algunos casos las propuestas de Tribunales o Comisiones de valoración. Y siempre he partido del supuesto de que sus méritos investigadores están contrastados y son reales, obtenidos en buena lid y de manera adecuada. Lo siento, pero no puedo aceptar que esa hipotesis esta fundamentada en un fraude mas o menos generalizado, que es lo que tu intentas argumentar para mostrarte permisivo con lo que se denuncia relativo a este artículo de la revista ARBOR.

      Sinceramente, creo que deberías buscar un verdadero argumento y dejar de jugar al despiste. Aunque veo casi imposible que puedas plantear alguna razón que explique la publicación de este artículo en ARBOR, porque no la hay. Y esa es la verdadera razón por la que centenares de investigadores e investigadoras han pedido su retirada y la dimisión de su Director. Porque lo malo es que, esta revista ya ha quedado "tocada" y quienes tengan intención de publicar en ella se lo pensarán dos veces porque saben que este tipo de cosas pasan factura en la calificación internacional. Porque, por suerte y en contra de lo que tu afirmas, el mundo científico es bastante más serio que el de la política o el futbol.

      Un saludo afectuoso.

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  3. Amigo Alberto,

    No seamos tan ingenuos acerca del funcionamiento de las revistas científicas. Efectivamente, todo está legitimado con el uso de informes de árbitros ("referees"), pero en la selección de árbitros está la capacidad del editor de dejar publicar o no un artículo, y los editores no son objetivos en tal elección. En el caso que nos ocupa, se reprocha al editor no haber puesto trabas enviando el artículo a un árbitro del núcleo duro del feminismo, que lo rechazaría ipso facto, por supuesto. Pero es que el editor puede perfectamente decidir enviar el artículo a alguien de ideas más afines al autor y así dejar que se publique fácilmente. Dicho de otro modo, lo que se le critica al editor de "Arbor" es no haber estado del lado de las feministas de antemano, y se está proclamando que en la Comisión de Mujer y Ciencia del CSIC sólo puede haber voces feministas y nadie que las critique.

    Yo creo que en un mundo más plural, donde distintos pensadores debaten desde distintos puntos de vista, y no en las dictaduras ideológicas que quieren imponer sus criterios expulsando a sus oponentes.

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  4. Hombre, Martín. No esperaba respuesta, y si no te molesta empezaré por tu final: yo creo en la libertad de expresión, la verdadera libertad de expresión en la que todos y todas tenemos las mismas oportunidades para exponer nuestras ideas. Y, evidentemente, no creo en la libertad de expresión que pregonan los poderosos utilizando su dinero, su influencia y los medios públicos y privados para propagar sus ideas y aplastar las de sus contrincantes.

    Por esa razón soy exceptico cuando alguien se me pone de victima porque cree que no le dejan expresarse libremente. ¿En qué sociedad vives? ¿No te has enterado que los medios de comunicación son privados y por lo tanto actuarán en función del criterio de sus propietarios o de sus anunciantes?
    Me parece que el ingenuo eres tu.

    Otra cosa distinta es lo público. La justicia debe garantizar y proteger la pluralidad y la libertad de expresión, y los medios públicos también (TV, radio,...). Por eso me repugna especialmente que, otra vez los poderosos, el Gobierno, la Iglesia católica, los bancos..., utilicen los medios públicos igual que usan los privados. Como si fuera su finca particular.

    Pero, sinceramente lo digo, creo que el mundo científico tiene sus propias reglas. Y desde luego no son las que tu señalas, determinando que los editores mandan las revisiones a afines o contrarios según sus intereses. ¡NO, LAS COSAS NO SON ASÍ y lo sabes perfectamente!

    Utilizas ese argumento para justificar lo injustificable, pero además ensucias un entorno que todos y todas estamos intentando mantener al margen del chanchullo, la corrupción y el tráfico de influencias que preside la vida política de este país.

    Es cierto que algunos desean extender ese tipo de funcionamiento a la ciencia, pero también lo es que por ahora no lo han conseguido. Gracias a la resistencia de los/as científicos/as, independientemente de su orientación política o ideológica. Especialmente porque, en materia de revistas científicas, todo el mundo de nuestro entorno sabe que si se mete la pata (como lo ha hecho la revista ARBOR) permitiendo artículos sin calidad suficiente bajarás en los indices y los buenos y buenas autores/as no querrán publicar ahí.

    No se trata de que hayan hecho una revisión suave. Es que no la ha habido. Es que se ha aceptado un artículo de autoras que no tienen NINGUNA publicación o investigación previa en esa materia, es que se han publicado datos falsos, sin contrastar o con una minúscula muestra casi a nivel de anécdota personal.

    Lo que se critica al responsable de ARBOR es utilizar un medio científico de prestigio, un medio además público, para sus intereses personales e ideológicos. Y eso, los que defendemos la ciencia no lo toleramos. No estoy opinando, lo estoy haciendo porque yo y miles de personas en este país dedicadas al mundo universitario y científico no nos estamos dejando las uñas en la defensa de la ciencia, en la necesidad de un cambio de modelo que apueste por el conocimiento en lugar del "cemento y el ladrillo", para que vengan cuatro obsesos ideológicos y den esta imagen.

    Por cierto, por lo que veo tu también pareces ser uno de esos obsesionados que no le importa poner en entredicho la seriedad y solvencia del trabajo científico. Lo haces con tanta intensidad que al final no me queda otro remedio que hacerte la pregunta de rigor. Dices que "los editores no son objetivos" y que deciden interesadamente que publican o no, ¿Esa afirmación es porque tus publicaciones fueron "de favor" utilizando a amigos?

    NO. No hace falta que me respondas. Trabajando en el IAC eso es imposible. Lo que te han publicado estaba bien publicado, porque te mueves en un mundo de seriedad. Igual que yo y todos y todas los que trabajamos en universidades y centros de investigación, así que por favor deja ya de manchar el prestigio y la limpieza de un mundo que lucha con esfuerzo por sobrevivir y mantenerse al margen de la corrupción y el chanchullo.

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