Desde 2011 el Ministerio de Economía y Competitividad se ha negado a pagar la cuota correspondiente, y los organismos internacionales, después de 3 años de negociación para reducir las cuotas sin llegar a un acuerdo, han dado de baja a España como miembro.
Los programas International Ocean Discovery Program (IODP) y el International Continental Drilling Program (ICDP) investigan respectivamente en océano y en tierra, sobre cuestiones importantes para la sociedad como cambios climáticos, riesgos geológicos y recursos naturales.
Hasta ahora, el cumplimiento de los compromisos de pago había permitido a la comunidad científica española el acceso a redes internacionales de investigación y a grandes infraestructuras como barcos científicos, estructuras de perforación, litotecas y laboratorios de excelencia. También ha facilitado el acceso de nuestros jóvenes en formación a becas de investigación y escuelas de verano de reconocido prestigio. Estas oportunidades para la ciencia española no son banales si se considera que sólo en el IODP participan 27 países de todo el mundo, entre los que 18 se agrupan en el consorcio europeo ECORD, y que el ICDP cuenta con 23 países participantes.
La experiencia acumulada durante las dos décadas de participación española en el IODP ha creado unos equipos de investigadores muy activos, líderes en perforaciones de exploración científica, que son altamente reconocidos y respetados en Europa y en el mundo. La pertenencia al ICDP es más reciente, pero ha permitido igualmente consolidar equipos y liderar proyectos internacionales.
Tal como se refleja en el programa marco del Horizonte 2020, mientras que la UE valora las contribuciones científicas que resultan del acceso a estas infraestructuras en el marco de estos programas, el Gobierno de España ha dejado de pagar las cuotas desde 2011 (unos 70.000 €/año para el ICDP y unos 550.000 €/año para el IODP), con una estrategia de estrangulamiento de la financiación que está conduciendo al aislamiento y exclusión de la comunidad científica española.
A pesar de que desde 2011 el Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO) se negó a pagar la cuota correspondiente, el IODP y el ICDP mantuvieron a España como miembro hasta el año pasado. Durante esos tres años, la voluntad de negociación desde estos organismos internacionales para reducir las cuotas de España a un nivel aceptable por el Gobierno, que permitiera a los científicos españoles seguir participando en ellos, chocó con la negativa rotunda del MINECO y del Ministerio de Hacienda. Reiteradamente se presentaron a los responsables del MINECO informes de la actividad del IODP y el ICDP, incluyendo los resultados y beneficios de retorno para la comunidad española, sin que se llegara a una propuesta por parte del Ministerio. Finalmente, ambos organismos internacionales han dado de baja a España como miembro y, en consecuencia, a partir de 2014, los científicos españoles no pueden participar en las campañas del IODP ni ser investigadores principales de proyectos del ICDP.
Ambos programas internacionales han ofrecido renegociar la cuantía de la contribución española a niveles mínimos para así poder conservar el capital humano y científico que la comunidad española aportaba a los mismos. Mientras que la comunidad internacional busca soluciones para no perder este capital humano español, las políticas del Gobierno de España abocan de nuevo al aislamiento de su comunidad científica en Ciencias de la Tierra, con la consiguiente pérdida de acceso a la ciencia e infraestructuras que estos programas permiten y facilitan, y que sin lugar a dudas nos permitiría ser más competitivos en Europa y mantener la proyección internacional ya conseguida a nivel mundial. Una vez más constatamos cómo el Gobierno plantea planes estratégicos de internacionalización para beneficiar a la empresa privada, pero se olvida del entramado científico internacional logrado por los investigadores españoles y que tanto había costado consolidar.
En la actualidad, y para poder mantener las líneas de investigación que los científicos españoles ya habían conseguido poner en vanguardia dentro del IODP y el ICDP, se da la paradoja de que algunos de ellos tendrán que participar como parte de los equipos extranjeros que sí están dispuestos a invertir en este capital humano.
La experiencia acumulada durante las dos décadas de participación española en el IODP ha creado unos equipos de investigadores muy activos, líderes en perforaciones de exploración científica, que son altamente reconocidos y respetados en Europa y en el mundo. La pertenencia al ICDP es más reciente, pero ha permitido igualmente consolidar equipos y liderar proyectos internacionales.
Tal como se refleja en el programa marco del Horizonte 2020, mientras que la UE valora las contribuciones científicas que resultan del acceso a estas infraestructuras en el marco de estos programas, el Gobierno de España ha dejado de pagar las cuotas desde 2011 (unos 70.000 €/año para el ICDP y unos 550.000 €/año para el IODP), con una estrategia de estrangulamiento de la financiación que está conduciendo al aislamiento y exclusión de la comunidad científica española.
A pesar de que desde 2011 el Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO) se negó a pagar la cuota correspondiente, el IODP y el ICDP mantuvieron a España como miembro hasta el año pasado. Durante esos tres años, la voluntad de negociación desde estos organismos internacionales para reducir las cuotas de España a un nivel aceptable por el Gobierno, que permitiera a los científicos españoles seguir participando en ellos, chocó con la negativa rotunda del MINECO y del Ministerio de Hacienda. Reiteradamente se presentaron a los responsables del MINECO informes de la actividad del IODP y el ICDP, incluyendo los resultados y beneficios de retorno para la comunidad española, sin que se llegara a una propuesta por parte del Ministerio. Finalmente, ambos organismos internacionales han dado de baja a España como miembro y, en consecuencia, a partir de 2014, los científicos españoles no pueden participar en las campañas del IODP ni ser investigadores principales de proyectos del ICDP.
Ambos programas internacionales han ofrecido renegociar la cuantía de la contribución española a niveles mínimos para así poder conservar el capital humano y científico que la comunidad española aportaba a los mismos. Mientras que la comunidad internacional busca soluciones para no perder este capital humano español, las políticas del Gobierno de España abocan de nuevo al aislamiento de su comunidad científica en Ciencias de la Tierra, con la consiguiente pérdida de acceso a la ciencia e infraestructuras que estos programas permiten y facilitan, y que sin lugar a dudas nos permitiría ser más competitivos en Europa y mantener la proyección internacional ya conseguida a nivel mundial. Una vez más constatamos cómo el Gobierno plantea planes estratégicos de internacionalización para beneficiar a la empresa privada, pero se olvida del entramado científico internacional logrado por los investigadores españoles y que tanto había costado consolidar.
En la actualidad, y para poder mantener las líneas de investigación que los científicos españoles ya habían conseguido poner en vanguardia dentro del IODP y el ICDP, se da la paradoja de que algunos de ellos tendrán que participar como parte de los equipos extranjeros que sí están dispuestos a invertir en este capital humano.
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