Ayer lunes, a primera hora de la mañana, unos compañeros del PAS funcionario apreciaron un fuerte olor a gas en el interior de su oficina, en el Edificio Central de la universidad. Ese olor procediá de una instalación de almacenamiento de bombonas que se encuentra ubicada en la esquina del jardín interior, al lado de la cafetería y que da suministro de gas a la plancha y cocina de la misma.
Inmediatamente se pusieron en contacto con la cafetería para avisarles del escape de gas, aunque en la misma les indicaron que ese tema no les competía. A continuación avisaron al Servicio de Seguridad del campus y, también, éstos les indicaron que ellos tampoco podían hacer nada al respecto. Por lo que hiceron un último intento con otra dependencia universitaria en la que volvieron a recibir la misma respuesta.
A la vista de que el olor a gas seguía en aumento y sin saber como actuar, procedieron a ponerse en contacto con la Vicegerente de Recursos Humanos, quien si entendió la gravedad de la situación y dió las órdenes oportunas para que se procediera a evacuar la oficina y la porteria que estan ubicadas junto a esta instalación y a cerrar temporalmente la cafetería. A continuación se procedió a llamar a un técnico en instalaciones de gas para que solucionara el problema, siendo restablecida la normalidad alrededor del mediodía.
Una vez más, la no existencia de un protocolo de actuación en casos de emergencia impide afrontar una situación crítica con las mínimas condiciones de seguridad y eficacia, retrasando la solución al problema e incrementando innecesariamente los riesgos.
Las instalaciones de bombonas de gas propano no suponen un riesgo especial. Son habituales a pie de calle en muchos restaurantes como fórmula para utilizar bombonas de gran capacidad en sus cocinas.
Sin embargo, como consecuencia del envejecimiento de los materiales, la caducidad de las mangueras o deterioro de alguno de sus envases o llaves, se pueden producir escapes que entrañan un riesgo potencial de incendio y/o explosión.
El gas propano es un gas combustible o inflamable que arde en presencia de aire y que mezclado en ciertas proporciones con el aire forma atmósferas explosivas. Por eso la principal medida de precaución es la ventilación, de forma que estas instalaciones siempre se ubican en el exterior y con puertas que permitan la circulación del aire.
En el caso de detectar una fuga, las primeras medidas de seguridad son cerrar la llave general situada a la entrada de la instalación y las llaves de corte de cada bombona, evitar el uso de fuego en las próximidades de la zona de escape y no accionar ningún interruptor o aparato eléctrico cercano para evitar chispas.
A continuación abrir puertas y ventanas de las dependencias donde el gas haya penetrado, para favorecer la ventilación y desalojar la zona hasta que un técnico haya solucionado el problema.
Estas instrucciones tan simples son las que habitualmente se incluyen en los planes de emergencia con respecto a las casetas de almacenamiento de botellas de gas propano. Sin embargo, en la mayoría de los edificios de la ULL nadie esta informado al respecto.
Desde CCOO volvemos a exigir la elaboración y difusión e estos protocolos en los planes de emergencia y evacuación. Sobre todo considerando que su realización no supone ningún coste.
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